Los hechos ocurrieron en el año 2005 en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla cuando la paciente acudió al hospital a las 11.30, sin embargo, no fue hasta las 23.45 horas que nació la primera de las niñas, pero sin ningún tipo de ayuda.
Fue un médico interno residente un MIR quien ante la situación de desamparo intentó extraer a la otra gemela, pero de forma infructuosa ya que estaba atravesada, por lo que finalmente se produjo una cesárea.
El procedimiento dio lugar a un procedimiento administrativo en el que el instructor y miembro del mismo SAS llegó a proponer la iniciación de un expediente sancionador a los médicos responsables.
La madre ni siquiera fue monitorizada y la menor sufre unas gravísimas secuelas que le producen una minusvalía del 77% con ceguera y una falta de movilidad que ni siquiera le permite poder beber agua.
Pese al reconocimiento inicial de responsabilidad por parte del SAS la familia fue obligada a acudir a tribunales para poder resarcir el daño causado, si así se puede entender una indemnización que ha terminado por conceder la justicia, seis años después de que se produjeran los hechos.
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